viernes, 20 de julio de 2012

Huelga de niños



Pronto España vivirá nuevas protestas por la destrucción de casi todo aquello que nos convertía en un Estado europeo más. Abrumado por la premura que le imponen Europa y los mercados el Gobierno ha decidido abandonar el bisturí y coger la motosierra. Y a quien no le guste “que se fastidie”.

Foto Mayerly Martinez
Trabajadores empobrecidos, sanidad de pago, ancianos y dependientes a su suerte, paro desbocado y con menos derechos, educación la justa para que los pobres no dejen de serlo. No es raro que haya protestas, nos venden un futuro sin red pública alguna en el que una contrariedad laboral, familiar o de salud puede dar al traste con cualquier proyecto vital. Solo los auténticamente ricos podrán tomar decisiones, no las exhaustas clases medias, ni los castigados trabajadores. De los jóvenes ni hablamos.

Así que no es raro que un estudio oficial publicado en Euskadi estos días revele que el 77% de las personas ha decidido no tener hijos. Es un porcentaje 21 puntos mayor que hace once años. Y no es que se retrase la edad de maternidad, como venía ocurriendo, es que sencillamente se descarta. Así lo hace el 44% de los jóvenes y el 79% de los que ya han cumplido los 30 (ojo que la edad media a la que se tiene el primer hijo son 27 años). Es una sociedad moderna que reacciona con decisiones propias de su tiempo cuando se siente amenazada.

Se cansarán los moralistas (sean religiosos o ricos) de despotricar contra el “egoísmo” de los jóvenes pero de nada les servirá. Ya no volverán sumisos al “todos los que nos dé Dios”. Las mujeres han recorrido un tramo enorme en el camino de su libertad y dignidad que no van a desandar de ninguna manera. Porque el 66% reconoce que, en las condiciones actuales, los hijos son todavía un obstáculo para la carrera profesional de las madres.

Al principio faltarán clientes de cochecito y sobrarán columpios pero antes de lo pensado faltarán trabajadores, creadores, compradores y, sobre todo, pagadores de impuestos y de pensiones. Esta huelga íntima y silenciosa de biberones caídos es una protesta más profunda y más decisiva que cualquier manifestación. Y posiblemente es un efecto secundario con el que no cuentan quienes toman decisiones pensando en la próxima subasta de deuda y no en la próxima generación. El árbol que la motosierra tala en un minuto, necesitó varias décadas para crecer.

Publicado en Danok Bizkaia el 20 de julio de 2012

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